-Lo intente, pero no hubo caso.




podria empezar por ser como la sangre
pues me agito y me pongo blanco y
paliducho de ganas se ser como la sangre
un poco helado y viscoso por ser
como el veneno muerto en tu cien
aun mas ajeno y perdido
que esos abrazos que apretan
y contraen los huesos

suacate

desde el otro dia que no llueve
no es supersticion, pero creo que es mi culpa
desde hace años que camino bajo escaleras
y mi mejor amigo es un gato negro
que se me cruza hasta en sueños.
sentado un dia martes en las cañitas
3 pipeños, una conversa con el gabo
y aun no llueve.
los consejos son para los que los necesitan
a mi no me apuren
no vengan con sus spots televisivos
dejenme tomar el vino tranquilo.
y de un suacate se van los dias
pero es una tontera vivir contando las horas.

de todas formas trato de escribir mi sueños
sin anotar fechas ni minutos
solo lo escribo y a veces los leo
para que no se malcrien,
es bueno mirarse al espejo
para acordarse que uno es humano
y no un carroñero desesperado, pienso que
si yo fuera un animal
te observaria escondido en los arboles
pero como no soy un animal
solo puedo imaginar que estaras haciendo
en este preciso momento.
lo que yo diga o comente poco importa
las leyes que rigen a los planetas
me hacen balbucear que no hay ciudad
sin ti.

solo hay luces bajas, pequeñas luciernagas
parecidas a tu voz que se meten en mis sabanas,
a lo mejor a ti tambien te pasa
me da escalofrios preguntartelo.
no es supersticion, pero anoche algo pasó
un foco en la calle se apagó
y yo imaginé que fuemi culpa y
ahora, buenos dias y malas noches;
contandole a las cunetas
cuantas pecas hay en tu cara,
cuantas leyes me rigen,
que no se puede apagar la luz, el sol está muy lejos.
si podria tener algo que hacer en las mañanas,
que los monstruos del closet me acompañan.

la corta y triste historia del señor de corbata y sus ganas de quemarla.

Salía un día del trabajo, todo lo parecía incansable, intrabajable. El calor le carcomía las ideas y el sudor empapaba su ánimo. no hallaba consuelo, estaba por el suelo. se sentó en una banca en el centro, miro la personas y sus vidas, un aire de tristeza le corrió por la nuca. -que andar miserable tienen los hombres- pensó. luego de un rato decidió no pensar. el calor ya se iba de la ciudad, un aire de alivio le seco el sudor en la frente, el viento era lo mas preciado en ese momento y los pocos árboles que habían en el centro lo saludaban alegres. disfrutó un buen rato de ese agradable momento, pero en su cabeza en ningún instante desapareció el cansancio y el agitamiento de la semana. respiró muy hondo como si quisiera eliminar la angustia, le temblaban las manos y sus pies no existían, las ideas y recuerdos se le amontonaban en la cabeza ardiente. el estado de las cosas le producía un asco enorme, una borrachera de químicos que lo aturdían día a día cuando el despertador sonaba. se sentía preso de un cargo, esclavo de una corbata.
de pronto otro viento fresco llego hasta su cara, se calmó al sentirlo y anheló estar entre las plantas suaves,
tirado en algún bosque y perdido en las montañas. abrió los ojos pues la lucidez y el calor habían vuelto,
pero de algún modo se sentía feliz luego de sentir ese aire. había encontrado la solución a su infelicidad, alejarse de los hombres y sus veredas, de los horarios y las poco nutritivas comidas, de los mensajes
radiales y los químicos en el aire, quería alejarse del titulo de transeúnte, de la poca felicidad que tienen los hombres estudiando y trabajando. el hombre de terno y corbata quería rebelarse pronto, quería ser feliz.
encontró como ponerle fin a la situación, antes de ponerle fin a su vida.

el plan perfecto para el crimen contra el monopolio

sentemonos en el suelo. juguemos con bichos.
ensuciemonos las manos como los niños, como los antiguos obreros. los viejos no lo saben. el tiempo
les pasará por encima y aún en sus arenosas tumbas estarán repitiendo que sus tiempos eran mejores.
ya no necesitarán abrigos ni jarabes, no se sentarán en las veredas a tirar escupos en la calle
por que el tiempo les pasará por encima
mientras se rompen los cristales y no corren mas los rios sucios donde trabajan los obreros.
ensuciate el alma con la plata, cuelgate tarjetas de credito al cuello, pasa por encima de la multitud
ya no necesitas amigos, te tienes a ti y a tu instinto suicida extendido en un cheque.
no basta con indignarse, no basta con escribir quien sabe cuantas lineas, no basta con tomarse quien sabe
cuantos tragos, no basta con disparar a la policia, no basta con ser todo un kamikaze. prefiero ensuciarme
las manos embarrarme la cara comer tierra que me piquen los bichos y jugar con mi sobrino
en el pasaje donde vivo.

sangre

nadie espera nada de mi
solo sangran y miran de reojo
nadie y yo, soy
el dia, la noche
las muchas y muchos, todos
los que esperan algo
de ellos mismos
de su trabajo.
esperan dejar se sangrar
algo de mi
que mas podrían esperar?

tripas

que se apague el reloj
eso si me gustaria
que no te vallas en ese sueño
que amanezca ya!

desahogarse sin drogarse
imposible!
tan imposible como que se apague el reloj
tanto se me revuelven las tripas
tanto rato que ya amaneció.

La historia del gato y la Luna.

por que ella gastara todas esas horas?
todas esas noches observandome
nada mas importa
yo esperare...

quiromancia

salia herido de la casa
herido por la musica
los libros y el fuego
herido en los codos
mientras
en las esquinas sangran
las grietas y
las predicciones.
las lineas de las manos
se revolcaban con
las neuronas occipitales y
las pupilas gigantes,
pues salia herido y borracho
en el espejo
con tornillos en los recuerdos
y con gatos
que jugaban con los cables de mis pies....

2:30

que reves, la ironía digo.
como juega con mi pulso
se desarma y se pone nervioso - el que escribe y su pulso -

mil veces por segundo
juego a desarmar los nervios
escritos en mil segundos
de pulsos al revés
que ironía