Monologo Interior


Se trata de poder escapar del exasperante monologo interior que uno lleva desde hace no se cuantos años. y como que se podría pensar que el refugio perfecto es la multitud, pero yo afirmo ¡no es la multitud!.
este día no se parece a ningún otro día pues todos los días son distintos. aunque tu, que eres mancha oscura en la tierra, ves pasar los días todos iguales como caravanas de horas y minutos. echado cabeza abajo para poder respirar. ya no estoy entendiendo nada, absolutamente nada. creer que se puede entender es puro cinismo. para el resto del mundo solo existe el vaso medio lleno. a los ojos sagaces y poco crédulos se muestran los tapones indestructibles. siempre callados. todo lo que se podria decir ya se ha dicho alguna vez. pero nadie escucha, nadie escucha. por eso repetimos lo mismo dia a dia. soy el Ay! que soltaste alguna vez. la forma en que te meneas, eso no soy. pero si estoy seguro que por un breve instante fuimos mas bonitos que la historia de los pueblos.

Arrodillado ante la noche

-Nos llama la noche
para juzgarnos
para reponernos
de lunas.
nos llama para
arrodillarnos-

yo me limito a respirar hasta que me llegue el turno

la realidad completa estaba ahí. nosotros encarcelados entre el cielo y la tierra. desenfrenados aullando. lo que tengan que decir los otros no importa. la espalda se alarga. tan larga que se confunde con el horizonte. no el horizonte que nos prometieron. esto va mas allá. confundido digo. me encantaría otro besito. otro paseo. morirme. suicidarme otra vez.
es una pena que no pueda repetirse. es una pena que no pueda repetirse. es una pena que no pueda repetirse.

Mi cabeza

                                                          
se desliga del minuto    ese exacto que fue abrazos  y antes    mas o menos    días y muertes    tanto  que espero    marqué de vidrios mis pupilas    y como quisiera que fueran gigantes    droga pura para amordazarme    el inconsciente    amenecer sin umbral    me atrevo a perder  no soy como tu    luego de todo    queda el aplastamiento de gotas   me han contado sin muchas ganas   que    algún día te apagarás    convaleciente de deseos    un único trago   pasándome tus poemas por la cara   un soplido perfecto   palabras que entran y salen   apuñalando con frases    mas me persiguen    converjo    me di cuenta de la condición de perseguido    todo lo que ocurre es el resultado de ser acosado    del absurdo   vomito luego existo    todos estamos en el mismo abismo   acostumbrence
no queda otra.



es un misterio el dolor 
el que doy
y el que me dan.

-interrogación....

Noche Calida. (por simple placer)

recuerdo no
vivir de memorias
excento de placeres
los mas simples
en adictivos momentos
algo funebres
y pesados.
me levanto
un pie a la vez
.
las noches
estas de calorcillo
no podrian hacerte
daño alguno.
recuerda no
vivir de memorias

escupos mis no
entendimientos.
las confesiones deberian ser
para el observador
y no para el artifice
los aplausos
te los llevas tu.

seis y algo

a esta hora
la hora que todos
mueren
yo sigo vivo.
mi acompañante
es la luz       leeeeeeeeeentaaaaa.
pero segura
que de a poco 
se come
a la ventana.

sin titulo

y que pasó acá ?
-fue la pregunta mas estúpida
y que te importa conchetumare
-fue la respuesta mas sincera.

curao de espanto

una petaca de fierro
una nube de espanto
un lunar en la rabia
descafeinado
unas manos con grietas
unos locos borrachos
un poco muertos
clavandose en la botella
se ven 32 dientes.
cada unos mas lleno de vino
que el de al lado
clavandose en los ojos
vuelven mas grietas
mas de 32
.
pero a ellos poco les importa
y por que no?
si cualquier dia pueden morir.

fila de hormigas

No
no po.
no era tan sencillo
como parecía.
lanze una botella al suelo
pero lo único que reventó
fue mi cabeza
en la cuneta.
las hormigas querían
beber de mi
pero no era tan sencillo
como parecía.

el incienso llena mi pieza
        tan llena
que ni yo puedo entrar.


soy contagioso.
Nadia Prado - "Simples Placeres" (No veo el cielo. ni horizonte seguro).



Socavo -dice la calentura-
la que se abre      llama
y yo no puedo saciarla

la que se abre      llama
encendida hasta el fin
arden sus cabellos

desierto y la noche-

no era una luz del tercer planeta
sino el inocuo brillo
alejado, eso que llaman sonrisa tuya.
yo libre camino
-los caminos- 
diviso tu brazo. tu figura marciana. sin voz oigo
el susurro, casi cantado. yo saltando un abismo
te entrego un mar plateado.
ardes. eres piedra y metal.
perforado en la ideas prefiero escapar
siempre en silencio, aterrado.
aprendo a leer tus manos
cara al suelo en pleno camino
-que yo camino-
con preciosas costras
y una que otra historia para entretenerte.
despertamos pues un ojo nos vigila
complice de las arenas y padre del desierto.
la caravana de serpientes fueron dictadoras.
tu embriagada de venenos huyes al horizonte.
la noche ya no ofrece albergues. ya lo sabias.
el tercer planeta desaparece contigo.
un sinfin de bocas muerden esta noche 
y aun asi...                                           no lloro.
huye con calma por el camino
- que ya no camino-

no te seguiré.
fuí adiestrado para eso...

sucio y loco.

en un tiempo fui normal.
luego vinieron los ataques de ausencia. los revoltijos 
me colgue de un arbol, de noche de luna llena.
empeze a sentir los pies helados
dolor de estomago. despierto...
en un tiempo fui el vacio.
nadie preguntaba quien soy.
un ojo miraba con asco
el otro cerrado a la fuerza
nadie supo quien soy.
un tiempo fui el sabotaje
de pupila vidriosa
anomalia en bruto
aburrido y perfecto
manojo de desastres.
un tiempo fui un niño
aullador desenfrenado. sucio y loco. 
muchacho colgado.
hoy a los 21
dejé de creer.


Ciertas Leyes Que Rigen a Los Astros


esto surgió como una necesidad. tuve una vez un libro que llegó a mi en la calle. y se fue de mi así mismo, en la calle. tal vez nunca vuelva a leerlo, de ahí que surge la necesidad de escribir sobre este libro y su autor.

Hace tiempo, no recuerdo ya cuanto fue, iba caminando cerca de mi casa haciendo no se que y pensando en quien sabe que. pasé por el lado de un montón de basura y me di cuenta que habían unas zapatillas, de mi agrado por lo demás, así que fui y las recogí. lo interesante de todo esto es que al lado de las zapatillas había un libro de hojas amarillentas y medio gastado, que tenia por titulo “ciertas leyes que rigen a los astros” con una portada de esas que hacen recordar los años 50.
Tome el libro y las nombradas zapatillas y seguí mi camino hasta la casa, leyendo de tanto en tanto el librito este. Al cabo de unas paginas ya no podía despegar los ojos de las lineas escritas. la irreverente inmoralidad de las frases me hacían pensar en que el autor de aquel libro debe haber tenido las mismas peripecias que yo he tenido en la vida. Supuse tal cosa pues la manera de escribir de este caballero era casi una conversación, un relato de un amigo y quizá mi propio inconsciente haciendo recuento de las cosas que he vivido y pensado.
Después de unas tantas hojeadas a los cuentos (que para mi son son mucho mas que eso, algo parecido a confidencias irreales -y sin formas- que por mentiras que parezcan subyacen en la verdad dolorosa pero feliz de Müller) me di cuenta de que realmente este escritor con nombre de alemán tuvo quizá peor suerte en la vida que algunos que se pasan el dia llorando y dando pena. entre trabajo y trabajo terminó escribiendo pseudocuentos -para adultos y niños-. unos que cuentan la vida tal y como es, otros contando mentiras que da gusto creer. Fue vendedor de bebidas, bodeguero en un lucentísimo hotel de santiago, y una que otra vez dio charlas sobre el también malogrado William Saroyan.
Pasaron las hojas y me sentí muy adolorido al leer aquella parte en que una noche aparece una mujer ligeramente vestida, con los labios muy rojos y con aliento de whisky, solamente para despedirse y dejar un vacío. Casi tan adolorido como quedaba el mismo Herbert Müller cada vez que leía Desayuno en Tiffany’s.

Tiempo después de haber leído el libro (que a todo esto estaba incompleto), por razones que no ahondaré aquí, el famoso y enigmático librito fue a parar a Valparaiso, lugar de donde un nunca regresó. Quizá fue para mejor ya que si no se hubiera perdido este libro, no estaría yo escribiendo sobre el entramado del libro de Müller. Tal vez era el ciclo de las leyes que rigen a los astros -eso de nacer crecer morir-, ya que nació en la generación de los poetas malditos y del nuevo cuento chileno. Se alimentó de Lhin y Lafourcade, y tal vez de esa señora gorda que me hablaba el Gabo, esa que también fue una maldita que escupió ciertos parámetros. Creció en la cuna de la Nueva Ola, y el agitamiento de los setentas. Pero luego de una álgida vida cayó en en mis manos, las cuales de una u otra forma tendrían que llevarlo a algún lugar designio para cumplir con el ciclo de la vida, un ritual mas fúnebre que vivo.

a fin de cuentas.

Neruda podia escribir los versos mas tristes esa noche, yo no.
Chinasky podia tomar 8 horas seguidas y vivir solo 4.
Bataille hacia el acto de procear, pero sin procrear
("just fot the fun of it").
Aniceto Hevia era un hijo de ladrón, pero no lloraba.
Bradbury colonizaba el planeta marte y volvia a gringolandia
antes de las 6 de la tarde.
hay unos que hacen dietas.
otros como Huxley escribieron un mundo (in)feliz.
otras hacen dieta por que no tienen un mundo feliz
Eduardo Barrios tuvo un niño
que enloqueció de amor.
Saint-Exupery no queria ser adulto, pero murió como uno.
algunos aman a las mujeres
otros se casan con dios.
Herbert Müller, ay! que sería de el sin
esas ciertas leyes que rigen a los astros.
unos enloquecen con drogas.
Allan Poe enloqueció y mató su gato negro
hay otro mas locos con dios.
la Erendira de Garcia Marquez escapó del Rosal del Virrey sola
y dejo al buho ululando solito mientras la ballena blanca moria.
Burguess se retuerce en su tumba (creo yo)
al ver al pequeño Alex como simbolo de vanguardia.
dicen que Allende se mató
dicen que Hitler no murió

y yo?
yo estoy seguro que nada de esto te interesa.

Noctambulario

son mas de mil tambores
y todos ellos hacen bailar
al precioso punto marciano
que es nuestro destino
luego de ser sombra
envuelta de voces y ajena
de estrellas y asteroides.

recuerdo que en este mismo encierro
se derretian los cascabeles
y desaparecian los juguetes.
aqui hundido entre tambores nocturnos
te oigo caminar
disfrazado de voces astrales
y te veo en la puerta, perpetuo bajo el umbral.

de noche los fantasmas mas ariscos
hacen sonar el techo con esa lluvia antigua
que me roba el sueño.
la gotera es una pena que esparce un inmortal eco,
se me agigantan las pupilas y casi podria tomar
el infinito punto marciano.

la luna -siempre coqueta- ha echo un pacto con el sol.
ahora los fantasmas desaparecen
pues no estan incluidos en el trato.
la lluvia vuelve a ser antigua
y mis juguetes siguen desaparecidos
igual que los fantasmas noctambulos.

en voz baja

las noches sin lunas
los rayos acarician los montes
y la gente asustada se encierra 
capeando la lluvia acida

los niños no se atreven a jugar
ni a lecturas ni a correr.
el universo funebre revienta azulado
y preciosos truenos
destronan las palabras.

ahora todos hablan en voz baja.

bajo y oscuro.

fingo. las dudas, si, repetivivas.
en el mas alto grado.
me sulfuraba sin rencores
heridas soñolientas, con unos pintas verdes
de esas maliciosas.
con risitas y colmillos
y mas de algun veneno.
hundo la cabeza en las cuencas
respiro dencromina.
y uno que otro toquecito -usted sabe-

pasados sulfuros me llueven
con sus colores radioactivos
como los del pajaro negro,
acomodado sin piedad
siniestro sobre el dintel
pues la noche plutonica lo cobija
y lo hace camuflarse de ruinas.
                  esto no es  como se ve.
los estorbos seguimos siendo muertos
unos algo mas.