son mas de mil tambores
y todos ellos hacen bailar
al precioso punto marciano
que es nuestro destino
luego de ser sombra
envuelta de voces y ajena
de estrellas y asteroides.
recuerdo que en este mismo encierro
se derretian los cascabeles
y desaparecian los juguetes.
aqui hundido entre tambores nocturnos
te oigo caminar
disfrazado de voces astrales
y te veo en la puerta, perpetuo bajo el umbral.
de noche los fantasmas mas ariscos
hacen sonar el techo con esa lluvia antigua
que me roba el sueño.
la gotera es una pena que esparce un inmortal eco,
se me agigantan las pupilas y casi podria tomar
el infinito punto marciano.
la luna -siempre coqueta- ha echo un pacto con el sol.
ahora los fantasmas desaparecen
pues no estan incluidos en el trato.
la lluvia vuelve a ser antigua
y mis juguetes siguen desaparecidos
igual que los fantasmas noctambulos.
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