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Dormiremos bajo un cielo nocturno envuelto por el misticismo de no saber hacia donde vamos y a nuestro encuentro vendrán caminos infinitos y caricias inmorales que tienen olor a incienso y los insectos brillaran para no perder la ruta de despertar al mirarnos fijamente sin hablar como si estuviéramos gozando de un amor creado por un campo de amapolas debajo del agua y yo bailare contigo (aunque nunca he bailado) e insistiré en los abrazos hasta que tu piel se haga indispensable como dulce sustancia creada en la nada o como un aullido que será tu voz diciendo "en algún tiempo la realidad era engañada por mi sangre"
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