Hallé la mutilación de lo escrito; Todas las letras son
equivocas
o trágicamente intratables. Escribir es una seriedad
de
la época. Un acto de egoísmo puro, hundido entre las
ganas
de estar y desaparecer. Un enorme espejo del alma que
está
trizado. Escribir es pura siutiquería. La verdad y la mentira
conjugadas
en un baile peligroso adornado por la retórica.
Contradicciones
escupidas en la cara. Escribir no sirve de
nada: escribir no sirve. La realidad ya existe
una vez y por más
que
queramos reinventarla o re-escribirla escribiendo, solo
acabaremos
retratando la cara oculta de la realidad misma.
La
faceta escondida de nuestro ser, en donde no llega
jamás
la luz del sol. El lugar en donde los brotes de las flores
crecen
torcidos y con colores opacos. En donde la lluvia
cae
copiosa mojando solo nuestras cabezas. La realidad
retratada
con un pincel desastroso. Escribir no sirve, no sirve,
no
sirve. Así como dibujar también es un punto aparte: la
inutilidad
en el juego imaginario de creer y pensar lo que nunca será.
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