Estaba loco por leerla, por creerle, te lo juro
pesaba como el humo del cigarro, -que necesitas?-
y la tapita rueda mesa abajo, -quien esta ahí?-.
Ah, no lo sabías, Don Nano dice que es El
y tiene mas historias de juventud-vejez y muerte
y trabajaba de lo menos, es muy difícil, no me crees?
Vamos a ser los otros po’, a los buenos no les creas
no aún, es tarde, y la vida tal cual, no?
y El la prostituía, le decía con voz honesta
discúlpame, pero esta huea’ es Tu y la gente.
-Aquí la gente se muere-.
Y se perfilo con la negra, le tomaba la mano
ahí empezó su declaración y al rato
se quedan dormidos, y despertaste enseguida
con la boca abundante de peleas y odios.
Tan! Tan!, como una especie de Amarillo
suena ella, coqueta, imbecil, encantadora
dispuesta a golpearte, sagrada, con las alas cortas
y le faltaba el aire (imagínalo, así, mucho)
pero cuando me arrepentía, se liberaba
del bruto animal, escondiendo la cara.
Ya salió! y la desolación es el eco en la pared
-definitivamente no creo en nada-




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